Durante años esta estrecha franja de la costa adriática se ha visto afectada por la pobreza y las venganzas; sin embargo, hoy en día, Albania resulta una mezcla del encanto mediterraneo mas tradicional y la ineficacia soviética. Es una amalgama de regiones, culturas y paisajes, en la que confluyen desde musulmanes suníes a ortodoxos albanos, y desde playas paradisiacas a montañas rocosas. Los rescoldos de una de las dictaduras maás prolijas de la Europa del Este conviven con los huertos de limoneros, los olivares y los viñedos.CUANDO IR:
De mayo a septiembre
IMPRESCINDIBLE:
- Admirar la belleza y el aura de las montañas de Albania.
- Perderse en la antigua ciudad de Durrês, fundada por los griegos en 627 a.C.
- Saltar de playa en playa para tomar el sol.
- Admirar la maravillosa y pintoresca ciudad-museo de Gijirokastër, colgada en la ladera de una montaña sobre el rio Drin.
- Deambular por Berat, llamada " la ciudad de las mil ventanas" , por las numerosas ventanas que salpican sus casas de tejados rojizos.
PARA CULTURIZARSE:
Lectura: Abril quebrado de Ismail Kadaré, el más celebre escritor albanés contemporaneo. El otoño de Xheladin Bey y otros relatos, de Mitrush Kuteli, una deliciosa cata de la Albania tradicional.
Música: Albania, vocal and instrumental polyphony, una extraordinaria grabación de música tradicional albana.
Cine: Lamerica, dirigida por Gianni Amelio, es una mirada inteligente y descarnada de la cultura albana poscomunista.
Comida: Fërges (ternera estofada) o rosto me salcë kosi (roasbeef con crema agria)
Bebida: Un excelente vino tinto Shesi e Zi, de Librazd o Berat, o raki el licor blanco de uva que se toma como aperitivo.
VOCABULARIO ÚTIL.
Tungjatjeta (Hola!)
PARTICULIARIDADES
La polifonía; shish kebabs; el antiguo estado comunista; pantalones anchos y pañuelos de colores.
CURIOSIDADES.
El 20% de los adultos de edad laboral trabaj en el extranjero, en su mayoría en Grecia e Italia; los albaneses mueven la cabeza de derecha a izquierda para decir que si, y de arriba a abajo para decir que no. El Kanun es una ley ancestral que contempla, entre otros muchos aspectos del comportamiento social, el trato a los huéspedes. Esto hace que los albaneses sean hospitalarios hasta el extremo y a menudo ofrezcan al viajero alojamiento y comida sin pedir nada a cambio. Los mochileros no deben aprovecharse de esta tradición, y es recomedable agradecer estas atenciones con algo de dinero (que normalmente será aceptado), o con un pequeño regalo, o un recuerdo traido de tu país.
Lonely planet!
