jueves, 14 de mayo de 2009

Curiosidades de la Estatua de la Libertad



Regalo de Francia a los Estados Unidos en 1886, la Estatua de la Libertad ocupa la Isla de la Libertad en el puerto de Nueva York de 12 hectáreas. La altura alcanza aproximadamente los 93 metros desde la base hasta el punto más alto (la antorcha). El mirador de la corona tiene 25 ventanas y 7 púas.
Siete curiosidades sobre la Estatua de la Libertad
1. Afiladas púas: Se dice que las siete púas de la corona representan los siete océanos y los siete continentes. Sin embargo Barry Moreno, autor de The Statue of Liberty Encyclopedia, dice que las púas son en realidad los rayos solares y el círculo es solamente un halo, una manera de representar la divinidad de la mujer y la libertad.
2. De peso y sobrepeso: la estructura de la estatua es de cobre con una capa de acero. El primero tiene un peso de 31 toneladas, el segundo 125 toneladas. Por último, los cimientos de hormigón pesan ¡27,000 toneladas!
3. Flameante antorcha: flameante pero cerrada al público desde 1916 consecuencia de las explosiones causadas por los alemanes (conocidas como Black Tom). Para reemplazar las luces los trabajadores del parque deben escalar una larga escalera.
4. Fuertes vientos: cuando el viento sopla a más de 80 kilómetros por hora la estatua oscila unos 7,6 cm y la antorcha hasta 12,7 cm.
5. Libertad y… muerte: si bien la estatua representa la libertad para la mayoría, durante los años se han llevado a cabo al menos 3 suicidios. Si bien no ha habido asesinatos que se llevaran a cabo en el marco de la imponente estructura, en el 2006 Manny Strumpf escribió una novela titulada Murder at the Statue of Liberty (Asesinato en la Estatua de la Libertad).
6. Artista de cine: la estatua ha aparecido en films desde tiempos tempranos. Charles Chaplin la incorporó a su película El Inmigrante de 1917. Hitchcock hizo lo propio en 1942 con El saboteador.
7. Vandalismo: Durante mucho tiempo actos de vandalismo fueron un problema para los cuidadores del parque. Cuando se abrió la corona al público, la gente dejaba chicles pegados por todos lados y escribía sus nombres en las paredes.

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