Thesalonika, nuestra primera ciudad por nuestro periplo griego. Una ciudad muy parecida a la mía, Vigo, con un paseo como el que podéis ver en la foto repleto de terrazas muy chics, una ciudad preciosa bañada por el mar Egeo, y una ciudad muy importante que marco este viaje.
Llegábamos a la estación después de haber visitado Skopje, nuestro objetivo era buscar nuestro hotel. Si, escuchasteis bien, hotel. No pudimos encontrar un albergue en condiciones cerca de la estación así que nos alojamos en un hotel. Su nombre era Hotel Rex, un hotel normalillo situado en la avenida de la estación. Ya era de noche y el calor apretaba más que nunca. Subimos a la habitación y cual era nuestra sorpresa. La habitación era pésima, no tenia ventiladores y era interior, aparte de un zulo. Allí nos asaríamos. Así que bajamos a recepción a pedir que nos la cambiaran por otra mejor pagando la diferencia. Sin ningún problema nos dieron la llave 232, una habitación con tele, minibar, aire acondicionado, ventana y por si fuera poco 3 camas. Dejamos nuestras cosas y nos pusimos a explorar la noche de thesalonika buscando donde poder llevarnos algo a la boca. A pocos metros del hotel había un puesto de Kebabs, y diréis joder que cutres, pues no, teniendo en cuenta que estamos en tierra de kebabs y souvlakis era la mejor opción.Cenamos en la terracita muy ricamente ya que hacia un calor que te torras. Bueno a dormir que mañana nos espera un día duro.
Al día siguiente y después de desayunar, un desayuno muy rico por cierto, nos pusimos a patear la ciudad. Caminamos entre el tumulto de la gente hasta llegar a nuestro primer destino, una pequeña iglesia de 1029 creo, en conclusión una iglesia antiquiiisima, allí había enterrados varios rabinos, y orleada con muchas flores. Nuestro objetivo ahora eran unas ruinas que estaban en el centro. Thesalonika esta llenoooo de ruinas vayas donde vayas allí estarán. Justo después de ver esas ruinas, tuve que irme a comprar una tarjeta para el teléfono, porque era mi cumpleaños y necesitaba hablar con mi madre. Teníamos un teléfono vía IP para llamar gratis, que ya os contaré en otras entradas en que consiste, pero necesitaba plena conexión para hablar con mi madre porque la morriña ya atacaba y sobre todo en ese día tan especial. Felicitaciones aparte seguimos caminando cuesta arriba hacia el casco antiguo, llamado la acrópolis. Desde allí unas vistas impresionantes premian al viajero con ganas de patear y subir cuestas, monasterios y iglesias nos acompañaron en el camino y allí, en la misma acrópolis, fue donde comimos. Mi compañero Miguel me quiso invitar a comer ya que era mi cumpleaños, yo acepte encantado y al coger la carta mi sorpresa es que estaba en griego, cogí mi guía Lonely planet que traía un pequeño diccionario y busque la palabra Carne, ya que quería saciar mi apetito carnívoro. Al no tener ni idea que pedir ya que venia todo en griego pedí uno a voleo. La señora muy maja ella me trae mi adquisición para mi sopresa era un plato de hígado encebollado, que dijo mi compi que estaba muy rico. Una vez visitado el casco antiguo bajamos de nuevo hasta el paseo a los pies del mar Egeo, allí tomamos un refrigerio, viendo el ambientazo que había por esa calle, también pasemos por el y contemplamos la torre blanca (ver video), todo esto después de habernos tirado en el cesped y habernos mojado los pies en ese mar tan bíblico. El día tomaba su fin y había que irse al hotel para mañana madrugar y dirigirnos a Kalambaka (Meteora) Así acaba mi experiencia en esta ciudad tan bella y especial, ya que allí celebre mi Kumpleañopolus Felikulus.
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